domingo, 1 de diciembre de 2013

Desarrollo de niños hasta los tres meses, ¿cómo estimularlos?

Hace aproximadamente un mes y medio escribimos un post sobre desarrollo y recomendaciones para recién nacidos que podéis consultar aquí. En el post de hoy vamos a seguir con este desarrollo de los más pequeños, por ello comentaremos el desarrollo de los más pequeños a esta edad así como algunas de las cosas que podemos hacer para estimularlos, ya que, aunque sean muy pequeños siempre hay cosas que hacer con ellos.

Para realizar este análisis seguiremos la "Guía del desarrollo infantil desde el nacimiento hasta los 6 años" publicada por la Federación Estatal de Asociaciones de Atención Temprana GAT.

Comenzando por las principales características de los bebés hasta a los 3 meses de vida, podemos citar:

- Cuando los ponemos boca abajo, empiezan a levantar la cabeza y los hombros. Además, cuando se les coge en brazos pueden sostener la cabeza lo que les ayuda a empezar a interesarse por los que le rodea.
- Ya les interesa todo lo que les rodea, sobre todo la de sus padres y la gente más cercana. Ya empiezan a seguir con la mirada cuando sus padres u otras personas interesantes para ellos se mueven.
- Ya comienzan a fijarse en las cosas que se les enseñan.  Cuando, por ejemplo, suena un sonajero reaccionan y lo siguen con la vista. Les llaman la atención los colores vivos.


- También les gusta recorrer diferentes habitaciones y lugares nuevos que poder examinar.
- Aunque sean muy pequeños, ya se comunican con su alrededor a través de sonidos, moviendo las piernas y los brazos, con gestos y con la mirada, además de, por supuesto el llanto, que en estos momentos es su mejor herramienta.
- Ya focalizan la mirada y hacen sonidos cuando se les toca o se les habla.

Qué necesitan

- Es muy importante, aunque ahora haga frío que salgan todos los días un rato, si se les abriga bien no les tiene que pasar nada. Necesitan ver sitios nuevos, la gente pasear, acostumbrarse a todo tipo de ruidos, tomar el aire y el sol. Además, es bueno que se hable con ellos durante el paseo, se les enseñen cosas nuevas para que se vayan familiarizando con su entorno.


- Cuando estén despiertos, es bueno que se les cambie de postura de vez en cuando, ya que aún no son capaces de moverse con facilidad.
- También es bueno, acercarse a su cara cuando se les hable, para que les resulte más sencillo saber quién y desde dónde se les habla.
- Es bueno enseñarles juguetes con colores vivos y sonidos. Moverlos frente a ellos, les ayuda a discriminar colores visualmente y discriminar sonidos de forma auditiva para ayudar al desarrollo de todos los sentidos y que comiencen a interesarse por el juego.
- Resulta adecuado hablarles despacio y cantarles canciones para que comiencen a adquirir conceptos y a divertirse.
- Otra opción es ponerle palabras a sus emociones, decirles que están llorando cuando lo hacen o decirles que se están riendo cuando muestran una sonrisa, así comenzarán a distinguir emociones. 
- Y la última opción es recordar que los niños tienen la misma temperatura que nosotros, no es bueno abrigarlos mucho y tampoco que lleven poca ropa, lo mejor es abrigarlos tal y como lo hacemos nosotros mismos.

¿Qué podemos hacer para estimularlos?

- Alimentación: Cuando les alimentes mírales a los ojos y háblales. Pueden necesitar pausas para comer. Haz que sea un momento agradable y tranquilo.
- Sueño: Aún tienen que dormir mucho, pero poco a poco pasan más momentos despiertos, observando y jugando.
- Higiene: Recuerda que el baño diario les relaja. Al ponerle crema en el cuerpo puedes darles masajes, así te comunicarás con el tacto, la mirada y la voz.
- Comunicación: Dile cosas y espera a que haga algo: se ría, emita algún  sonido,...


- Juego: Muévele los objetos para que los siga con la mirada.

Por último, un aspecto muy importante es el tema del llanto, ya sabemos que puede dar pena escucharlos llorar, pero no les pasa nada si tienen que llorar un rato, en muchos casos lo necesitan, y si los cogemos en brazos cada vez que empiecen a llorar empezarán a no coger rutinas y viciarse en cosas no adecuadas como dormir en la cama de sus padres, no pasar tiempo en su tumbona o su cochecito observando cosas,.. si se acostumbran a este tipo de cosas, después es mucho más difícil quitarles el vicio, por supuesto tampoco tenemos que actuar con ellos como robots, darles algún capricho o mimo por su puesto es necesario, pero todo en su justa medida es lo más adecuado.

Espero que os haya servido el post, si tenéis alguna duda solo tenéis que poneros en contacto conmigo. FELIZ SEMANA.
Imágenes vía crecer feliz, charhadascrece bebe




domingo, 24 de noviembre de 2013

Mi hijo es muy nervioso ¿qué hago con él?

Los que nos dedicamos al ámbito de la educación hemos podido comprobar el rápido aumento de términos como hiperactivos se y déficit de atención. Si bien es cierto que nos encontramos ante muchos casos con esa dificultad pero la pregunta es ¿si mi hijo es nervioso ya tiene hiperactividad.

Niños nerviosos e inquietos nos hemos encontrado siempre, pero no por ello tenemos que alarmarnos porque tengan hiperactividad o déficit de atención, simplemente son niños con mucha actividad o que se despistan mucho.

En estos aspectos les suelo comentar a los padres las mismas palabras, no es tan importante el sacar un diagnóstico o medicar al niño, como trabajar para que puedan controlar esa actividad o mejorar la atención ante las diferentes actividades a las que se enfrenta en su vida diaria.

Por supuesto es conveniente comentárselo a profesores o especialistas, si consideran que la problemática hace difícil la vida familiar.

A continuación comento diversos aspectos que pueden ayudar a controlar esa excesiva actividad:

1. Apuntarlos a un deporte para que puedan agotar energía. Practicar un deporte 2 o 3 veces por semana les ayuda a desahogarse y relajarles cuando terminan.


2. Llevar a cabo rutinas diarias. El hecho de llevar una rutina con ellos ayuda a que se sientan más seguros y así se descontrolen menos.


3. Explicarles con antelación los eventos que se escapan de la rutina diaria. Anticiparles lo que van a hacer en algún evento fuera de lo normal, como puede ser un cumpleaños, el día de navidad, unas vacaciones,…


4. Darles órdenes sencillas y claras. Cuando les demos órdenes que sean de manera clara y sencilla. Así como acordar con ellos una señal que le avise que tiene que parar la actividad y no molesten al resto de amigos o compañeros.

5. No comenzar una actividad hasta que no acabe la anterior. Si los niños están haciendo alguna actividad, no empezar otra hasta que ésta esté finalizada.

6. Dedicarles un tiempo al día para relajarlos. El final del día es un momento muy adecuado para repasar con ellos lo que han hecho durante el día, escuchar música tranquila o leerles un cuento.


Hasta aquí algunas premisas que pueden ayudar a los más pequeños. Espero que os hayan resuelto algunas dudas, si no es así, solo tenéis que preguntarme cualquier duda, ya que estaré a vuestra disposición. Muchas gracias por leerme y feliz semana.

 Imágenes vía lacajaelena.blogspot.com

domingo, 17 de noviembre de 2013

Contrato de conducta en adolescentes

Una de las entradas que hasta ahora ha tenido mayor aceptación ha sido la de la economía de fichas que podéis encontrar aquí. Como ya dije, esta manera de regular la conducta es muy positiva para niños de hasta aproximadamente 12 años pero, ¿qué pasa cuando son mayores?.

Está claro que la transición de primaria a secundaria supone para ellos un cambio drástico, del que hablaremos en otro post más adelante. A ello, tenemos que sumar los cambios tan importante que sufren en la adolescencia en la que comienzan a adentrarse. Ellos se consideran personas “adultas” y quieren que se les trate como tales, pero claro, muchas de sus conductas y madurez no se corresponden con esta etapa adulta de la vida.

A partir de los 12 años los gritos, enfados y malos modos se convierten casi en un diario, por ello no sabemos que solución dar, ya que en muchos casos no se sabe si es mejor dejarlos salir con los amigos o dejarlos en casa castigados por una mala conducta anterior.


 En estos casos, el sustituto de la economía de fichas es EL CONTRATO CONDUCTUAL. A continuación os voy a comentar qué es y cómo utilizarlo.

¿Qué es un contrato de conducta?

Un contrato de conducta es un documento en el que el chico se compromete a cumplir con las exigencias plasmadas en dicho papel a cambio de la recompensa estipulada. Si ese contrato no se cumple no se le concederá dicho premio.

En algunos casos puede resultar una nimiedad, pero si es cierto que la mayoría de las veces da muy buenos resultados, ya que para niños o adolescentes a estas edades supone una responsabilidad enorme el firmar un contrato.

Esto se debe a que en muchos casos ellos emparejan la palabra contrato con temas laborales, que a su vez quedan relacionados con personas adultas, que al fin y al cabo, es lo que pretenden ser. Este hecho les supone una responsabilidad que intentan cumplir para intentar demostrar lo que cada día demandan a sus padres o profesores.

En la imagen que encuentran a continuación se presenta un ejemplo de contrato.


 ¿Para qué sirve un contrato de conducta?

Con este tipo de contratos, al igual que con la economía de fichas, pretendemos reducir conductas indeseadas así como fomentar las que queremos que se presenten. Un ejemplo lo encontramos en querer que los alumnos estudien y aprueben con buenas calificaciones las asignaturas en el curso, a cambio, en el contrato se presenta que podrán ir a ese campamento de verano que tantas ganas tienen de ir o a un concierto de su grupo favorito.

Debemos tener en cuenta que la recompensa estipulada debe poder cumplirse, ya que si somos nosotros los que no cumplimos con el contrato, puede suponer una desilusión y desasosiego para los chicos, que haga que se revelen aún más ante nosotros.

Bien pues hasta aquí el post del domingo, espero que haya quedado claro, y para cualquier duda ya sabéis, solo tenéis que poneros en contacto y estaré encantada de intentar ayudaros. Un saludo. Y gracias por seguirme a todos.


Imágenes vía beatriz-hdez.webnode.es, irenita-pina.blogspot.com

miércoles, 13 de noviembre de 2013

Establecimiento de rutinas

Hoy día escuchamos muchas de las dificultades que encuentran los padres para con sus hijos. Estas dificultades se presentan en multitud de circunstancias y acontecimientos de la vida diaria de los más pequeños.

Desde que los niños nacen necesitan un control y un seguimiento que les ayude a alcanzar la seguridad suficiente para afrontar de una forma normalizada su vida diaria.



Para alcanzar esta seguridad comentada, los niños necesitan seguir una serie de rutinas. Estas rutinas están relacionadas con los ámbitos principales que afectan al desarrollo de los niños. Si se sigue una rutina con los niños se alcanzará un equilibrio del niño en la mayoría de los ámbitos en los que se desarrolla.

El principal contexto en el que se establecen estas rutinas es el colegio. Por ello, para que les pueda resultar más fácil asimilar estas reglas es conveniente que las rutinas se establezcan lo más pronto posible.

A partir de la cuarentena, los niños comienzan a regular la alimentación aguantando más tiempo entre toma y toma, este hecho se puede utilizar para comenzar a introducirle rutinas.

Cuando son algo más mayores conviene regular dos hechos principales como son el sueño y la comida.

Con respecto al sueño, en la medida de lo posible, debemos intentar acostarlos a la misma hora y que los periodos de sueño incluidos durante la mañana y la siesta. A este tipo de rutinas van unidas las de la comida, cuando se les introducen las papillas es conveniente darles las comidas a la misma hora todos los días. Estas rutinas favorecerán el control y seguridad por parte del niño.

Cuando son algo mayores y pasan de la Escuela Infantil al colegio conviene seguir con las rutinas, regularizando las comidas, las horas de sueño, la hora del baño, etc…



Al llegar a la primaria, estas pautas se complementan con los deberes y tareas para casa. Por supuesto, establecer un tiempo diario a las tareas, ayudará a su integración y aceptación de los estudios, así como a favorecer los buenos resultados académicos.

Podemos aprovechar los fines de semana para saltar un poco la rutina, ya que tampoco es conveniente ser demasiado estrictos.

La base de estas rutinas es el horario, recordarles a la hora que tienen que comer, a la hora que se acuestan, etc,…les ayuda a ubicarse temporal y espacialmente con su entorno.



Estos aspectos ayudarán a tener mayor control de los más pequeños, con ello evitaremos rabietas por sueño, rabietas por la comida, entre otros. Los niños deben saber en cada momento qué tienen que hacer y porqué.

Una estrategia muy cómoda para seguir las rutinas con los pequeños es el establecerle un horario y una agenda, si son pequeños con fotos, que les recuerde que actividades tienen, qué dias de la semana va al colegio,..




 Imágenes vía psjpastoral.blogspot.com, www.psicosaludtenerife.com, rincondeinfantil.wordpress.com.

domingo, 10 de noviembre de 2013

¿Tiene mi hijo dificultades en lenguaje oral?

Ya llevamos varios post en este blog pero aún no hemos referencia clara al lenguaje oral. En el ámbito de la logopedia se trabajan muchos aspectos relacionados con la comunicación, y en gran parte, la comunicación oral.

Antes de empezar a tratar distintos aspectos relacionados con las dificultades con el lenguaje oral, considero adecuado comentar los parámetros que debemos tener en cuenta antes de plantearnos si nuestros hijos pueden tener dificultades en su lenguaje oral, y que están muy desarrollados con la evolución normal del lenguaje oral de los más pequeños.

Muchos son los padres preocupados por saber si el desarrollo del lenguaje oral de su hijo es el correcto. Muchos nos preguntan cuál es la evolución normal y cuándo tienen que preocuparse y acudir a un especialista.


 No queremos olvidar la importancia de una detección temprana ante cualquier tipo de problema en la infancia y por supuesto el lenguaje oral. Por ello, a continuación, presentamos una serie de signos de alarma ante los que debemos acudir a un especialista ya sea el pediatra, un psicopedagogo/a, un psicólogo/a o logopeda. Una atención temprana puede ser esencial ya que la etapa de 0 a 6 años es en la que el cerebro posee más plasticidad y por tanto más capacidad de desarrollo.

Estos signos están extraídos de unas pautas de observación básicas ofrecidas por el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales y la Asociación de Diplomados Universitarios en Logopedia. Se considera que hay que solicitar ayuda a un especialista en los siguientes casos:

Desde el nacimiento a los 6 meses

·      No reacciona ante sonidos.
·      No establece contacto visual como base para sus comunicaciones.
·      No emite sonidos con intencionalidad comunicativa con el adulto.

Hacia los doce meses

·      No comprende instrucciones sencillas.
·      No dice “papá” y “mamá”.
·      No responde cuando le llaman por su nombre.

Hacia los dieciocho meses

·      No comprende instrucciones y frases sencillas.
·      No llama por su nombre a los objetos familiares.
·      Su vocabulario no se incrementa.
·      Deja de hablar.
·      Su lenguaje no continúa desarrollándose.
·      Muestra señales de deterioro.

Hacia los dos años

·      No comprende instrucciones complejas.
·      No dice su nombre.
·      No utiliza frases de dos o tres palabras. No combina dos palabras para formar oraciones cortas.
·      Sólo tiene palabras contadas,  a excepción de “papá” y “mamá”.
·      Su lenguaje es ininteligible (si no se le entiende al hablar).

Hacia los tres años

·      Continúa con un lenguaje ininteligible (especialmente para personas ajenas a familia y educadores)
·      Utiliza sólo unos pocos verbos pero no artículos ni adjetivos.
·      No emplea el plural.
·      No forma oraciones sencillas.
·      No utiliza preposiciones.
·      No formula preguntas.
·      No comprende relatos sencillos.

Hacia los cuatro años

·      Le resulta difícil iniciar una oración.
·      Repite sílabas o palabras.
·      Emplea oraciones cortas y no estructuradas.
·      Su forma de hablar no es siempre inteligible.
·      No puede relatar hechos sencillos y recientes.

Hacia los cinco años

·      Todavía no presenta una articulación adecuada.
·      No tiene un lenguaje muy parecido al del adulto.
·      No es capaz de contar un cuento.


 No debemos olvidar el hecho de, que aunque se presente uno de estos signos no tiene porqué conllevar un trastorno o dificultad grave, lo que sí nos ayuda a acudir a un especialista para prevenir cualquier problema.

Como ya os he comentado en otras ocasiones, si tenéis alguna duda específica y particular sólo tenéis que preguntarme a través del correo electrónico y estaré encantada en poder ayudaros en todo lo que esté en mi mano.

Referencias

- Desarrollo de Habilidades Lingüísticas (Módulo III Especialista en Audición y Lenguaje. UNED). Mercedes Sánchez Sáinz.