domingo, 17 de noviembre de 2013

Contrato de conducta en adolescentes

Una de las entradas que hasta ahora ha tenido mayor aceptación ha sido la de la economía de fichas que podéis encontrar aquí. Como ya dije, esta manera de regular la conducta es muy positiva para niños de hasta aproximadamente 12 años pero, ¿qué pasa cuando son mayores?.

Está claro que la transición de primaria a secundaria supone para ellos un cambio drástico, del que hablaremos en otro post más adelante. A ello, tenemos que sumar los cambios tan importante que sufren en la adolescencia en la que comienzan a adentrarse. Ellos se consideran personas “adultas” y quieren que se les trate como tales, pero claro, muchas de sus conductas y madurez no se corresponden con esta etapa adulta de la vida.

A partir de los 12 años los gritos, enfados y malos modos se convierten casi en un diario, por ello no sabemos que solución dar, ya que en muchos casos no se sabe si es mejor dejarlos salir con los amigos o dejarlos en casa castigados por una mala conducta anterior.


 En estos casos, el sustituto de la economía de fichas es EL CONTRATO CONDUCTUAL. A continuación os voy a comentar qué es y cómo utilizarlo.

¿Qué es un contrato de conducta?

Un contrato de conducta es un documento en el que el chico se compromete a cumplir con las exigencias plasmadas en dicho papel a cambio de la recompensa estipulada. Si ese contrato no se cumple no se le concederá dicho premio.

En algunos casos puede resultar una nimiedad, pero si es cierto que la mayoría de las veces da muy buenos resultados, ya que para niños o adolescentes a estas edades supone una responsabilidad enorme el firmar un contrato.

Esto se debe a que en muchos casos ellos emparejan la palabra contrato con temas laborales, que a su vez quedan relacionados con personas adultas, que al fin y al cabo, es lo que pretenden ser. Este hecho les supone una responsabilidad que intentan cumplir para intentar demostrar lo que cada día demandan a sus padres o profesores.

En la imagen que encuentran a continuación se presenta un ejemplo de contrato.


 ¿Para qué sirve un contrato de conducta?

Con este tipo de contratos, al igual que con la economía de fichas, pretendemos reducir conductas indeseadas así como fomentar las que queremos que se presenten. Un ejemplo lo encontramos en querer que los alumnos estudien y aprueben con buenas calificaciones las asignaturas en el curso, a cambio, en el contrato se presenta que podrán ir a ese campamento de verano que tantas ganas tienen de ir o a un concierto de su grupo favorito.

Debemos tener en cuenta que la recompensa estipulada debe poder cumplirse, ya que si somos nosotros los que no cumplimos con el contrato, puede suponer una desilusión y desasosiego para los chicos, que haga que se revelen aún más ante nosotros.

Bien pues hasta aquí el post del domingo, espero que haya quedado claro, y para cualquier duda ya sabéis, solo tenéis que poneros en contacto y estaré encantada de intentar ayudaros. Un saludo. Y gracias por seguirme a todos.


Imágenes vía beatriz-hdez.webnode.es, irenita-pina.blogspot.com

1 comentario:

  1. Una idea estupenda. Creo que este contrato hace que el adolescente adquiera más responsabilidad.

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